Cuando sufrimos algún cambio brusco en nuestra vida donde se rompe nuestra rutina y debemos empezar a acudir a rehabilitación, muchas veces olvidamos lo que era importante para nosotros y lo que nos hacía “desconectar” y disfrutar del día a día.
La mayoría de las personas nos regimos por un horario que incluye unas horas de trabajo, sueño y ocio. El ocio puede variar desde practicar ejercicio a realizar otras actividades con la familia o con los amigos, o bien en solitario. Es importante que exista un equilibrio entre las horas que dedicamos a dormir, las que dedicamos a trabajar y las que dedicamos al ocio. El ocio representa una parte del día a día igual de importante que las demás.
La mayoría de personas nos regimos por un horario que se divide en tres partes:
- 8 horas para dormir
- 8 horas para trabajar
- 8 horas de tiempo libre
Pero esta regla no es del todo cierta. En ese tiempo «libre» debemos incluir otras actividades como: autocuidado, alimentación, realizar la comprar o cumplir con obligaciones diferentes a las que tenemos en el trabajo (cuidado de hijos, del hogar…).
Por tanto, las 8 horas que tenemos para dedicarnos a nosotros mismo se van a reducir en relación con la nueva rutina de cada paciente, llegando a disponer de unas 4 o 5 horas diarias.

¿QUÉ ES EL OCIO Y COMO LO TRATAMOS DESDE TERAPIA OCUPACIONAL?
Si buscamos la palabra ocio en el diccionario encontramos las siguientes definiciones:
- Tiempo libre o descanso de las ocupaciones habituales.
- Actividad a la que se dedican como distracción los momentos de tiempo libre.
Desde la Terapia Ocupacional también se abarca este tema y se ayuda al paciente a encontrar un equilibrio en su rutina que le haga feliz y le motive. Para ello podemos actuar sobre varios puntos:
- Planificación de la rutina: dividir las actividades que el paciente deba hacer a lo largo del día y organizarlo de tal manera que quede unas horas donde pueda dedicarse a sus hobbies
- Asesoramiento: Asesorar al paciente sobre diferentes actividades que pueda realizar y que le resulten interesantes o motivadoras, ya sean en grupo o en solitario.
- Trabajo de Habilidades Sociales: trabajar las habilidades sociales para poder realizar actividades de ocio grupales ofreciendo diferentes estrategias como por ejemplo, cómo empezar una conversación.
Al final, es importante que haya un equilibrio adecuado en la rutina del paciente, que se dedique tiempo a su rehabilitación pero también a él mismo. Además, seguir con las actividades que realizaba antes del accidente o buscar alternativas que resulten positivas para el paciente va a lograr que su estado de ánimo general mejore.