La Comunicación después de un Daño Cerebral Adquirido.

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Artículo escrito por María José González Arcas, logopeda de CENERI. Publicado en «La Actualidad de Lorca», en Mayo de 2020.

Cuando una persona sufre un daño cerebral adquirido puede presentar diferentes complicaciones, entre ellas, dificultades en la comunicación. 

Por ello, se debe de recordar que para que se pueda llevar a cabo, se debe de trabajar al unísono el lenguaje, la voz y el habla. Las alteraciones que pueden aparecer tras un daño cerebral, estarían afectando a uno o varios de los procesos anteriores, dando lugar a una comunicación no del todo eficaz.

La rehabilitación logopédica en estos casos es muy importante y es conducida por un logopeda en colaboración con los miembros de un equipo interdisciplinar, marcándose como objetivos principales; ejercitar la comprensión y expresión, fomentar su comunicación verbal y no verbal, estimular la memoria y capacidades cognitivas, en la deglución y dar pautas y asesoramiento a las familias, ya que la vida da un cambio radical no solamente para la persona que ha sufrido el ictus, sino para todo su núcleo familiar, por eso es necesario facilitarles todo el apoyo e información que necesiten, desde como comunicarse a como afrontar determinadas situaciones.

Es recomendable que la función del logopeda se inicie lo antes posible, ya que en los primeros momentos, la recuperación es más rápida.

¿Cómo puede ayudar la familia para mejorar el día a día?

Para facilitar la convivencia con nuestro familiar debemos hacer un ejercicio de reflexión y hacer que nuestro lenguaje sea más sencillo.

  • Mantener un tipo de conversación natural y apropiada para su edad.
  • Minimizar al máximo las distracciones, intentando hablar en un ambiente distendido y no muy ruidoso.
  • Incluir a la persona en las conversaciones.
  • Utilizar frases sencillas, simples y cortas. En ocasiones tendremos que repetirlas en más de una ocasión.
  • Hablar en un tono de voz normal, sin chillar
  • Facilitar la respuesta, dándole varias opciones. Por ejemplo: ¿Quieres comer puré o verduras?
  • Procuraremos que tome decisiones: ¿qué te gusta?, ¿qué prefieres?, e intentaremos no responder siempre por él /ella.
  • Buscar preguntas en las que nos pueda contestar si o no. Por ejemplo: ¿Quieres dar un paseo?
  • Ser directos, mediante mensajes concretos.
  • Ayudar al individuo a participar en actividades fuera del hogar.